Una cosa que siempre he valorado de mi trabajo es que puedo trabajar con colegas y clientes de todo el mundo. Estoy segura de que nadie necesita que les explique por qué es tan gratificante, y sé que muchos lectores de este blog probablemente sienten lo mismo, a pesar de los obstáculos que la COVID-19 ha puesto implacablemente en nuestro camino. Sin embargo, siempre ha habido un aspecto profundamente perturbador de esta parte de mi trabajo, por lo demás agradable: sé que en casi todos los lugares donde trabajamos hay hombres, mujeres y niños que siguen viviendo en las calles a pesar de los recursos disponibles a través de los programas sociales.

A veces parecen pocos y distantes, y otras veces parece que están en todas partes. Pero siempre pienso lo mismo, independientemente de la cantidad. “¿Cómo podemos ayudar a estas personas?” y “¿Por qué permitimos que esto suceda?”. Más recientemente, basándome en un artículo que acaba de publicar EY, estoy agregando una tercera pregunta que creo que es mejor en cuanto a sus méritos y más desafiante.

“¿Cómo podemos evitar que esto ocurra?”

Obviamente, es una pregunta mucho más fácil de hacer que de responder, y estoy seguro de que hay gente que supone que no existen soluciones realistas, asequibles y sostenibles. Pero el nuevo artículo de EY, ¿Cómo pueden los datos detener el sinhogarismo antes de que comience?, sugiere firmemente lo contrario. En concreto, describe un enfoque transformador sobre cómo los países desarrollados Los países en desarrollo podrían utilizar mejor los datos y recursos existentes —junto con modelos predictivos y análisis— para lograr avances significativos en la prevención, en lugar de sólo responder al problema.

La clave está en avanzar río arriba

Es cierto que muchos países han puesto en marcha programas para abordar el problema de las personas sin hogar, pero pocos se centran en las causas fundamentales del problema.

Los expertos estiman que en todo el mundo hay 150 millones de personas sin hogar, otros 1.600 millones que viven en viviendas inadecuadas y 15 millones son desalojados por la fuerza cada año.

Es importante reconocer que los gobiernos y las agencias de servicios humanos deben abordar simultáneamente los muchos determinantes sociales que contribuyen a la falta de vivienda: pobreza y desempleo; desintegración familiar; ayuda inadecuada para el tratamiento de enfermedades mentales, alcoholismo o abuso de sustancias; y, por desgracia, muchas más. Sin embargo, esas no son necesidades en pugna; más bien, proporcionar una vivienda adecuada es un factor esencial para abordarlas con éxito.

Un denominador común para abordar todos esos desafíos, incluida la falta de vivienda, es la enorme cantidad de datos que acumulan rutinariamente los gobiernos, las agencias, las ONG y las entidades relacionadas, que abarcan un amplio espectro de servicios médicos y sociales aislados. La buena noticia es que muchos países están involucrados en proyectos de interoperabilidad y compartición de datos, principalmente centrados en la atención médica. Ahora es el momento de que esos esfuerzos también den prioridad a la falta de vivienda, ya que proporcionar refugio es cuidado de la salud.

Estudio de caso: reducción del número de personas sin hogar en un 40 por ciento

Cuando el número de personas sin hogar en Maidstone, Inglaterra, aumentó un 58 por ciento en cinco años, el Ayuntamiento decidió pasar de la respuesta a la crisis a la intervención temprana y la prevención. En colaboración con EY y un socio tecnológico, Xantura, el Ayuntamiento creó e implementó una herramienta llamada OneView que le permitió abordar sus desafíos con un enfoque innovador basado en datos y centrado en las personas.

Las capacidades de generación de lenguaje natural y análisis predictivo de OneView permitieron a las agencias agregar sus datos para identificar a los residentes en riesgo de quedarse sin hogar y luego intervenir antes de que se quedaran en la calle. En el primer año, se evitó que casi 100 hogares se quedaran sin hogar, incluso en medio de la pandemia de COVID-19. Los resultados fueron importantes: el número de personas sin hogar se redujo en un 40 por ciento, se ahorraron £2,5 millones y las tareas administrativas se desplomaron, entre otros beneficios.

Si bien esta iniciativa demostró lo que es posible, es evidente que no habrá una solución única para todos. Los gobiernos tendrán que abordar numerosos desafíos, algunos específicos de sus circunstancias individuales y otros que afectan a muchas jurisdicciones en general.

Presentamos la red de seguridad inteligente

La “Red de seguridad inteligente” de EY está diseñada no solo para abordar el problema de las personas sin hogar, sino también para ayudar a dar forma a un nuevo y audaz futuro para la asistencia social. Para lograrlo, se requerirán cambios organizacionales amplios y fundamentales y una mejor colaboración, integración de datos y coordinación de la asistencia, que incluyan:

  • Un enfoque sistémico para abordar las necesidades de las personas y las familias, incluida la financiación conjunta que apoya la coordinación
  • Diseño centrado en el ser humano que integra a personas con experiencia vivida en la creación e implementación de políticas, sistemas y servicios.
  • Políticas, servicios, flujos de trabajo, automatización y seguridad basados en datos para mejorar procesos, ahorrar dinero y facilitar la toma de decisiones en tiempo real
  • Trabajadores sociales de primera línea que reciben apoyo y están capacitados para centrarse en su objetivo principal: mejorar la vida de las personas.
  • Puesta en servicio de servicios basada en resultados, medidos en relación con un marco de bienestar holístico, en el que los gobiernos actúan como administradores del sistema e integradores de servicios

Terminaré con otra pregunta: ¿todo esto es simplemente demasiado ambicioso? La respuesta de EY es “absolutamente no”. Ahora que hemos visto lo que es posible, los gobiernos deben tomar las medidas difíciles y complejas necesarias para alcanzar un objetivo básico de toda sociedad: garantizar que todos tengan un lugar seguro y respetable donde vivir.

Obtenga más información en nuestro Artículo sobre las personas sin hogar.

Acerca del autor

Andrea Danes

Líder global en servicios humanos
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