Imaginemos un país donde cada ciudadano tenga la capacidad de alcanzar su máximo potencial, un país donde las familias y las comunidades tengan acceso a los elementos fundamentales que sustentan el bienestar y a una base de apoyo proporcionada por una variedad de sistemas que trabajan en colaboración entre sectores y que permiten que todos prosperen.
Este es el objetivo que tenemos para nuestra nación, un objetivo que es totalmente alcanzable y, sin embargo, hoy se ve desafiado por la falta de comprensión del papel fundamental y el valor que desempeñan las organizaciones comunitarias de servicios humanos para garantizar que todas las personas puedan vivir sus vidas plenamente. Las organizaciones comunitarias de servicios humanos ayudan a construir el capital humano de nuestra nación, que a su vez es clave para lograr un Estados Unidos saludable y vibrante.
Estas fueron algunas de las conclusiones de un nuevo e innovador informe encargado por nuestra organización, la Alianza para Familias y Comunidades Fuertes y la Asociación Estadounidense de Servicios Humanos Públicos (APHSA) y preparado por Oliver Wyman y SeaChange Capital Partners. Un imperativo nacional: unir fuerzas para fortalecer los servicios humanos en Estados Unidos El informe examina el impacto económico y social de las organizaciones comunitarias y ofrece un llamado a la acción para que el sector de servicios humanos, el gobierno, los sectores empresariales y filantrópicos fortalezcan y preserven el papel de las organizaciones comunitarias en el ecosistema de servicios humanos más amplio.
Consideremos el impacto de las CBO en las personas y las familias. Son la columna vertebral de un ecosistema de servicios humanos que afecta la vida de aproximadamente uno de cada cinco estadounidenses, brindando apoyo vital que abarca desde vivienda y transporte asequibles hasta apoyo laboral, desarrollo y educación en la primera infancia, servicios de salud preventiva y salud conductual, apoyo para estadounidenses mayores y más.
Debido a que operan en el nexo de las familias y las comunidades y los sistemas que las apoyan, las CBO tienen el potencial de brindar servicios humanos más específicos y “preliminares” que evitan la necesidad de servicios más profundos e identifican y abordan de manera más efectiva las causas fundamentales cuando las familias encuentran obstáculos en el camino.
Esto podría tener un impacto transformador en varios sistemas relacionados y costosos, incluidos los sistemas de salud, educación, poder judicial y penitenciario, por nombrar algunos.
Las organizaciones comunitarias también tienen un impacto económico que a menudo se pasa por alto. Las organizaciones comunitarias de servicios humanos emplean a más de tres millones de estadounidenses y generan más de 1200 mil millones de dólares al año en actividad económica a través del gasto en salarios, alquiler, combustible y todos los demás insumos necesarios para operar las organizaciones y prestar servicios en las comunidades.
Si bien las organizaciones comunitarias de servicios humanos están aportando un valor claro en la actualidad, su valor potencial es mucho mayor que el que se ha percibido hasta ahora. En el contexto de una creciente necesidad de servicios humanos, impulsada por las tasas de pobreza, la desigualdad de ingresos, el envejecimiento de la población, el impacto de la epidemia de opioides y otros factores estresantes de la vida, la estabilidad financiera de las organizaciones comunitarias es cada vez más precaria, lo que dificultará la realización de su potencial transformador y sus contribuciones a una sociedad saludable y una economía fuerte.
Según las conclusiones del estudio, demasiadas organizaciones comunitarias operan con déficits persistentes, tienen pocas o ninguna reserva financiera y carecen de acceso a capital para invertir en tecnología y herramientas modernas de intercambio de datos. Para abordar estos desafíos complejos e interrelacionados será necesaria una respuesta integral por parte de las organizaciones comunitarias de servicios humanos, el gobierno y el sector filantrópico.
Las organizaciones de base deben poder desarrollar su capacidad de innovación garantizando un enfoque tanto en la excelencia en los servicios como en la entrega de resultados mensurables y significativos.
Esto sólo puede lograrse mediante un mejor intercambio y análisis de datos, la capacidad de implementar las mejores prácticas con una mejora continua de la calidad, estrategias tecnológicas modernas y un intercambio significativo de conocimientos y liderazgo dentro y entre sectores. Esto significa adoptar capacidades financieras y de gestión de riesgos financieros más sólidas y desarrollar asociaciones y redes estratégicas que puedan ampliar sus puntos fuertes y su alcance.
Los financiadores públicos y privados también tendrán que reconocer la importancia de la capacidad de innovación de las organizaciones comunitarias y la necesidad de apoyarla mediante financiación. La financiación debería orientarse a los resultados y efectos, más que a los productos o servicios prestados, y los recursos financieros deberían asignarse para apoyar el desarrollo y el éxito de asociaciones innovadoras que se centren en generar soluciones en conjunto.
Los reguladores de todos los niveles deberían colaborar con las CBO de servicios humanos en la revisión y reforma de las regulaciones de las CBO, incluido el riesgo de litigio, que se ha convertido en un problema grave para estas organizaciones.
Nuestro informe presenta argumentos claros y convincentes desde el punto de vista financiero y comercial para implementar estos cambios, que se han hecho esperar mucho tiempo, dado el potencial de obtener mayores beneficios económicos y sociales. También expone argumentos sólidos a favor del imperativo moral de un ecosistema de servicios humanos fuerte y dinámico, en el que las organizaciones comunitarias sean un socio vital.
Para alcanzar estos objetivos, nuestra nación deberá reconocer el valor y la dignidad de cada ser humano —y el poder transformador de un ecosistema de servicios humanos fuerte y bien equipado— para transformar nuestra sociedad y ayudarnos a todos a alcanzar nuestro máximo potencial. Una inversión en la capacidad de las organizaciones comunitarias para desempeñar su papel vital en ese ecosistema dará como resultado, a largo plazo, unos Estados Unidos más sanos, más productivos y más prósperos.
∎